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Ravel completo

Nuevo acierto de Warner

Germán Reyes Busch.
Santiago, Chile. Á - N.6

«Si no se tiene mucho Ravel, esta es la caja. Si ya se tiene todo o casi todo, las transcripciones, orquestaciones, cantatas, archivos históricos y la belleza de la edición, hacen que estos 21 discos no sean obligatorios, pero sí muy recomendables».

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Warner puso a la venta la caja que acá comentamos en plena pandemia mundial, en septiembre de 2020 y, al poco tiempo, en algunas tiendas virtuales los pedidos agotaron las existencias. El fenómeno no es nuevo: Warner había lanzado en años anteriores con un éxito absoluto de ventas y crítica sus ediciones Berlioz y Debussy. A diferencia de aquellas, en esta edición de Ravel no hubo excusa onomástica. Tal como ocurriera con la edición Debussy que tuvo su contraparte más limitada en DECCA, la edición Ravel de la Warner tenía, desde el 2014, su contraparte más limitada (en 14 discos compactos) en la misma casa discográfica. La diferencia en el número de discos es significativa. La razón es simple, la Ravel. The Complete Edition de DECCA no era, en realidad, completa. La edición de Warner sí lo es y además agrega grabaciones históricas (cuatro de los 21 discos) que, sumadas a otros e interesantes intérpretes, diseño gráfico y estupendo ensayo del libreto, conforman una buena excusa para adquirirla si ya se posee la anterior.

 

Pese al evidente mérito editorial de esta colección, los 21 discos de Ravel, The Complete Works, preciosamente guardados en sobres con pinturas de Albert Marquet (1875-1947), están un poco por debajo de los proyectos Debussy y Berlioz del mismo sello. A diferencia de ellos, acá no siempre primó elegir lo mejor del catálogo, sino que se optó por un equilibrio entre las referencias conocidas y lo que pudieran aportar nuevas figuras. El gran acierto está en la inclusión de Bertrand Chamayou, que es la nueva referencia en el repertorio y que además se encuentra primorosamente grabado. En el resto encontraremos referencias obligadas como las de Martha Argerich (mejor, sin embargo, su concierto con Abbado en la caja DECCA), Samson François en el piano; Jessye Norman, Janet Baker y José van Dam en los lieder son de lo mejor de la caja; André Cluytens, Jean Martinon y Charles Munch son los grandes directores de Ravel que no podían estar ausentes y que, quizás, debieron estar más. Entre los aportes más recientes, aparte de Chamayou, están Anne Queffélec, Renaud Capuçon, Vadim Repin, Gautier Capuçon y Quatuor Ébène. Más discutibles son las inclusiones de Simon Rattle, Sir John Barbirolli, Carlo Maria Giulini, Yannick Nézet-Séguin, Riccardo Muti, Armin Jordan o el trío dorado de Clytens, Martinon y Munch pudieron ocupar mejor esos discos.

 

Aparte de los artistas referenciales mencionados y de la inclusión de Chamayou, lo mejor está en la incorporación de todas las trascripciones para piano o primeras versiones para piano de obras orquestales (incluyendo un sorprendente Daphnes y Chloe). También encontraremos las orquestaciones de Ravel de obras de otros compositores (no solamente los Cuadros de una exposición de Mussorgsky, extrañamente ausentes en la edición DECCA). Además, se agregan las cantatas tempranas, algunas de las cuales son las mismas grabaciones de la caja DECCA (al parecer solamente Plasson se encarga de grabar inéditos franceses en nuestros días), pero no alcanzan a completar un disco repetido. Por último, la inclusión de cuatro discos con grabaciones históricas es el aspecto que mejora con respecto a las ediciones Berlioz y Debussy. Encontraremos al mismo Ravel tocando sus obras en rollos de pianola, pero además, entre otros, a Robert Casadesus, Alfred Cortot, Jacques Février, Marguerite Long (la maestra de la pianista de Nos habíamos amado tanto de Etore Scola), Marcelle Meyer, Arthur Rubinstein, Zino Francescatti, Quatuor Calvet, Pierre Bernac, Charles Panzéra, Piero Coppola y ese genio de la dirección que era Pedro de Freitas-Branco, del cual no existen discos disponibles en el mercado actual, salvo éste.

 

Si no se tiene mucho Ravel, ésta es la caja. Si ya se tiene todo o casi todo, las transcripciones, orquestaciones, cantatas, archivos históricos y la belleza de la edición, hacen que estos 21 discos sean muy recomendables.