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Pensamiento estratégico y uso de la fuerza

Taoísmo versus realismo, Sun Tzu versus Clausewitz

Dr. John Griffiths Spielman
Jefe de Estudios de Seguridad y Defensa de Athenalab Santiago, Chile Á - N.4

La guerra parece ser estructural en las sociedades humanas, en la medida en que aparece cada vez que los equilibrios políticos y de intereses antagónicos se rompen sin vuelta atrás. Fenómeno de la mayor complejidad, la guerra ha encontrado en Sun Tzu (China, siglo IV antes de Cristo) y en Carl von Clausewitz (Prusia, 1780-1931) a sus pensadores clásicos. Este texto analiza comparativamente a ambos autores.

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.El presente artículo tiene la intención de abordar en forma general el pensamiento estratégico y su mayor o menor tendencia al uso tradicional de la fuerza. De esta forma, el tema de este texto es la estrategia y su relación con la fuerza en el uso de la violencia legítima para la obtención de objetivos políticos. Usamos como referentes a dos pensadores estratégicos de la mayor influencia en los estudios estratégicos y cuyas máximas hoy se encuentran, a pesar del tiempo, plenamente vigentes.

Una primera consideración es definir lo que entenderemos por estrategia. En su sentido amplio es «la correcta aplicación de los medios disponibles, a través de un plan o previsiones, para el logro del objetivo previsto».[1] Ello involucra alinear medios, siempre limitados, a través de una forma de empleo, para la consecución del objetivo en un escenario o contexto determinado. Por uso de la fuerza entenderemos «la aplicación de la violencia organizada, llevada a cabo por unidades políticas, para los fines de este último».[2]

Es decir, en este caso, el Estado como principal forma de organización política. Ello no significa reconocer que existen otros tipos de violencia, sino que para los efectos de este artículo, ello sobrepasa la intención planteada por el autor.

En consecuencia, para relacionar el pensamiento estratégico, nos referiremos principalmente al pensamiento oriental basándonos principalmente en Sun Tzu,[3] (siglo IV A.C.) y la influencia en el pensamiento occidental a través de Carl von Clausewitz[4] (siglo XIX). Es evidente que los respectivos contextos históricos influenció la obra de ambos pensadores: Sun Tzu en los tiempos de los «principados o estados guerreros» (400 A.C) y Clausewitz en las guerras revolucionarias napoleónicas, en Europa. Pero lo relevante es que, a pesar de ello, sus máximas aún tienen vigencia, tanto en el ámbito militar como en otras áreas, en donde sea que se aplique la estrategia. Pese a que pertenecen a épocas pasadas, ambos, con sus diferencias y convergencias, constituyen textos primarios para entender la guerra y la estrategia al servicio del objetivo político de ésta, así como el uso de la fuerza militar.[5]

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.El enemigo de mi enemigo

El principio filosófico detrás de la obra de Sun Tzu es el taoísmo o daoísmo, según el cual la guerra es un demonio necesario y un abandono de la «armonía cósmica» (dao). Por definición, dao solo puede ser restaurado a través del mismo dao. En consecuencia, la guerra será ganada por la fuerza más virtuosa. Virtud es otra traducción de dao. Ahora bien, como la violencia del uso de la fuerza es contraria a la armonía cósmica, o un elemento que perturba al dao, la violencia sólo debe mantenerse a un mínimo indispensable, para recuperar precisamente dicha armonía. Ello es el sustento y sustrato ideológico que permea toda la obra de Sun Tzu, como las revoluciones y las campañas de Napoleón subyacen en la obra de Carl von Clausewitz.

Para Sun Tzu, la principal preocupación es privilegiar el uso de la estrategia e inteligencia, para imponerse a un adversario, sin sacrificar los medios humanos y materiales a su disposición. Como lo señala en su obra, «derrotar al enemigo, sin necesariamente usar la fuerza para ello». Más aún, enfatiza que lo anterior debe ser la principal preocupación de todo comandante.[6] De esta forma la victoria y la paz subsiguiente serán más fáciles de obtener, así como duraderas. Guerras largas o prolongadas son demasiado costosas y profundizan la odiosidad dejando profundas huellas de resentimiento. En consecuencia, la violencia se debe emplear en forma rápida y breve, para adicionalmente minimizar los costos.

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Guerras largas o prolongadas son demasiado costosas y profundizan la odiosidad dejando profundas huellas de resentimiento. En consecuencia, la violencia se debe emplear en forma rápida y breve, para adicionalmente minimizar los costos.

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Lo anterior, no significa que esté en contra de la guerra o del uso de la fuerza, sólo que ésta se debe evitar para no afectar la armonía o cuando existan pocas oportunidades de una clara victoria. Respecto de la violencia en el uso de la fuerza, expresa que «la guerra es una preocupación relevante de la nación, como es un asunto de vida y muerte, un camino a la seguridad o la ruina». No en vano gran parte de la obra está dedicada precisamente a cómo hacer la guerra y usar la fuerza. En consecuencia, se debe prever desde la paz.

Sun Tzu aconseja que toda estrategia a desarrollar debe estar dirigida —en primer lugar— contra de la «estrategia adversaria». Es decir, orienta a buscar los puntos débiles del adversario, en la medida en que tras actuar sobre ellos podríamos vencer decisivamente. Piensa el conflicto en todas sus dimensiones, políticas, económicas, diplomáticas y, por cierto, militares, privilegiando en este último caso las bondades de la inteligencia y el uso de agentes propios en el adversario, que constituye una de las formas más eficientes para conocer las intenciones del oponente.

Un segundo elemento por desarrollar, de acuerdo con Sun Tzu, es abordar a «los aliados del adversario». La idea es aislar a estos últimos mediante la influencia para neutralizarlos o ganarlos para la propia causa. Aquí tiene plena aplicación lo señalado por Kautilya, en cuanto a que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo».[7] Aún una tercera advertencia de nuestro filósofo y estratega nos advierte que cuando estos dos primeros consejos no puedan ser logrados, sólo entonces podemos pensar en «usar la fuerza de manera decisiva», breve y eficiente. En consecuencia, la aplicación de la violencia debe ser breve, precisa y efectiva, ya que es costosa y se debe aplicar teniendo en cuenta la restauración del dao.

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.Un acto político

Por otra parte Clausewitz, un estudioso y militar con experiencia, definía la guerra como «un elemental acto de violencia, en el cual todas las limitaciones sociales comunes son desechadas». Adicionalmente definió la estrategia como «el arte de usar las batallas para obtener los objetivos de la campaña».[8] La mejor estrategia es ser siempre lo más fuerte posible, primero en lo general y luego en el «punto decisivo del enfrentamiento». La guerra para este autor, es una lucha física y moral, que se lleva a cabo fundamentalmente a través de lo físico. El primer objetivo de toda estrategia es destruir al adversario y lograr una victoria decisiva, identificando claramente el centro de gravedad adversario y el propio.

Destaca eso sí que la guerra es en esencia un acto político, y que en ella se subordina el uso de la fuerza para la consecución de un objetivo político. No se trata de ganar todas las batallas posibles, sino sólo las que permitan el logro de dichos objetivos

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Destaca eso sí que la guerra es en esencia un acto político, y que en ella se subordina el uso de la fuerza para la consecución de un objetivo político. No se trata de ganar todas las batallas posibles, sino sólo las que permitan el logro de dichos objetivos

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políticos, en forma decisiva y rápida, bajo el liderazgo político. Para Clausewitz, no existe la guerra sin violencia y derramamiento de sangre, aun cuando existan reglas que limitan el uso de la fuerza. La guerra es un instrumento al servicio de un objetivo y en ella es relevante concentrar el mayor uso de la fuerza en un golpe concluyente.

Para Clausewitz la guerra constituye una particular trinidad: definida por el odio, la enemistad y la violencia primigenia de su esencia. El primero de estos tres elementos interesa principalmente al pueblo; el segundo al comandante en jefe y a su ejército y el tercero solamente al gobierno. Podríamos señalar que la actitud del gobierno se relaciona con la racionalidad de las decisiones, la del ejército con la fuerza y la del pueblo con la pasión que se requiere como apoyo y fuerza moral del conflicto. Se debe mantener siempre estos tres aspectos en equilibrio, como si fueran tres polos de atracción. En otras palabras, si se rompe la relación entre alguno de los tres, la posibilidad de una derrota militar se hace más cierta. La guerra es un fenómeno de naturaleza compleja y su carácter es variable a través de la historia, lo que es inmutable es el carácter violento del enfrentamiento, que es parte de su esencia.

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.Conclusiones

En definitiva, podemos expresar que en una breve comparación de estos dos autores encontramos los siguientes aspectos a modo de consideraciones generales:

El arte de la guerra de Sun Tzu es una obra breve de trece capítulos, sobre principios generales del uso de la fuerza, desde la paz, durante la guerra y en el posconflicto. Es relevante evitar el conflicto, pero anticiparlo y prepararlo desde la paz es un imperativo. De enfrentarlo debe ser realizado en condiciones que aseguren el éxito y usando todos los instrumentos de poder, sean éstos diplomáticos, de inteligencia, económicos, culturales y militares. Desde esta perspectiva es una mirada más amplia al uso de la fuerza y empleo de la violencia.

De la guerra, de Carl von Clausewitz, comprende ocho libros y es una obra contundente bastante más compleja de entender que El arte de la guerra. Requiere ser leída y reflexionada completamente, para comprender la naturaleza del fenómeno de la guerra, así como su teoría y la estrategia, materia que se aborda específicamente y con mayor profundidad en los tres primeros libros de la obra. Clausewitz fue el primer autor en señalar la naturaleza política de la guerra, así como la relevancia de definir clara y tempranamente, por parte del estadista y jefe militar, la naturaleza de la guerra a enfrentar. Adicionalmente, podemos mencionar que las tres variables que conforman la singular trinidad clausewitziana, constituyen una metodología a no descuidar en la planificación y conducción estratégica de la guerra y el uso de la fuerza, así como en el análisis de cualquier conflicto.

En relación a la violencia armada, los principales postulados de Sun Tzu se pueden resumir entre otros, en los siguientes:

  • Tratar de evitar la guerra, en coherencia con su filosofía «daoísta o taoísta». De tener que enfrentarla, prepararla desde la paz para asegurar el éxito en un conflicto corto y decisivo, ya que las guerras prolongadas son un desastre tanto para la fuerza como para la economía nacional.
  • La guerra es mucho más que un conflicto militar, constituye un fenómeno en el que convergen las habilidades y capacidades diplomáticas, militares, económicas, y morales, así como particularmente el uso de una efectiva inteligencia. Claramente privilegia el uso de la fuerza como último recurso al menor costo posible. «Obtener cien victorias en cien batallas, no es lo mejor; ganar sin combatir o con el mínimo de costos es la mejor estrategia».

Ambos autores coinciden en que quienes logren comprender y manejar las complejidades de la guerra, serán casi siempre los vencedores. Sun Tzu en general enfatiza en su obra la teoría del control por parte del líder. Un primer control sobre las complejidades de la guerra como un todo y un segundo control sobre el enemigo actuando principalmente sobre su mente. Se trata de influir en afectar su fuerza moral y capacidad de lucha, en la que los espías, el enmascaramiento y el engaño tienen un rol estelar en las fuerzas adversarias. Clausewitz por su parte destaca el dominio del comandante de las complejidades de la guerra, para reducir al máximo la fricción y la neblina de la guerra (fog of war).

Adicionalmente, mientras Sun Tzu le otorga gran valor y relevancia al uso y empleo de actividades de inteligencia hacia el enemigo, afectando sus vulnerabilidades, Clausewitz se enfoca en como un comandante se debe esforzar en disminuir la fricción, pero no profundiza en cómo maximizar la fricción en las fuerzas adversarias, explorando y explotando las vulnerabilidades del enemigo. Este aspecto es una de las mayores diferencias entre ambos autores respecto de: el valor de la inteligencia, la decepción y engaño, la posibilidad de un ataque sorpresa, la predicción de eventos y el control de los eventos en el campo de batalla.

Por otra parte, con respecto al enfrentamiento militar, las principales diferencias están relacionadas con que mientras Clausewitz trata de comprometer al adversario hacia una batalla principal y decisiva, Sun Tzu se centra en establecer las ventajas estratégicas para derrotar al enemigo idealmente antes de la batalla.

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Clausewitz trata de comprometer al adversario hacia una batalla principal y decisiva, Sun Tzu se centra en establecer las ventajas estratégicas para derrotar al enemigo idealmente antes de la batalla.

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En consecuencia, los medios para el logro de este fin difieren en su énfasis sustancialmente, en el primer caso adquirirá preponderancia la destrucción del adversario a través del empleo de la fuerza, mientras que en el segundo caso adquirirá mayor relevancia las acciones de inteligencia, diplomáticas, económicas antes que el solo uso de la fuerza militar.

Mientras Sun Tzu trata las complejidades de la guerra desde un nivel estratégico y general utilizando todos los instrumentos de poder, antes, durante y después de la batalla, Clausewitz se centra con mayor atención y preferencia en el nivel operacional y táctico de la guerra, en aspectos referidos con la incertidumbre, fricción y la suerte, que son hasta hoy factores dominantes del uso de la fuerza, principalmente durante el enfrentamiento armado.

Con todo, ambos autores poseen convergencias y diferencias conceptuales, pero el buen uso de la estrategia militar, pasa por conocer precisamente la obra de ambos autores, para poder administrar en mejor forma, las complejidades del uso de la fuerza militar plenamente vigente en el siglo XXI, en el que la violencia continua siendo parte de la naturaleza del conflicto y de la guerra.

[1] Definición general y ampliamente aceptada en los estudios estratégicos. En otras palabras la estrategia es la correcta aplicación de los medios para el logro del objetivo a través de una forma o plan en que se explicita la estrategia. Involucra el nivel más alto de conducción militar, desde lo táctico, operacional y estratégico.

[2] Bull Hedley, quien fundó la escuela inglesa de relaciones internacionales, en su libro The Anarchical Society: A Study of Order in World Politics publicado en 1977, define guerra en estos términos.

[3] Pensador chino, autor de la obra El arte de la guerra, escrito 2.500 años atrás, de gran influencia en el pensamiento de Mao Zedong y Ho Chi Min. Son trece capítulos, con 6.000 caracteres chinos. Los primeros seis capítulos tratan de la estrategia o teoría de la guerra. Los primeros dos capítulos abordan la preparación antes de la guerra, mientras que los once restantes se refieren a la forma de resolver desafíos durante y después del uso de la fuerza. Para una mayor comprensión ver Griffith, S. (1971). Sun Tzu The Art of War, Foreword by Sir B. H. Liddell Hart, Oxford University Press. New York and Oxford. Van Creveld, M. (2015). A History of Strategy: From Sun Tzu to William Lind, Castalia House, Kouvola, Finland. Moon, H-C. (2018). The Art of Strategy, Seoul National University, Cambridge University Press, Cambridge, UK.

[4] General y estratega prusiano, destacó por su temprana preocupación y profunda preparación por el estudio del arte militar y la guerra. Participó en la derrota de Jena (1806) a manos de Napoleón, lo que le significó pasar un periodo como prisionero de guerra en Francia. Luego se desempeñó bajo el mando de su mentor Scharnhorst en la reconstrucción del ejército prusiano. En 1811 y luego de ser reconocido como un gran especialista en el arte militar, es designado como tutor militar del príncipe Federico Guillermo IV. En 1812 se encuentra defendiendo al ejército ruso en contra de la invasión napoleónica. En 1813-1815 se desempeñó como oficial de Estado Mayor, asumiendo en 1817, el control de la Academia de Guerra y Estado Mayor en Berlín. Ascendió a general y su fama se extendió entre los estudiosos de la estrategia, cuando Helmuth Von Moltke (El Viejo) lo mencionó como uno de los autores que a través de su obra On War o De la guerra, mayor influencia ejerció en su mando y vida militar. Su obra se basa en la comprensión de dos temas: ¿qué es la guerra? y ¿a qué propósito sirve? Ambas interrogantes las desarrolla en su obra influenciado por las guerras napoleónicas revolucionarias. Hasta hoy constituye referencia obligada en los estudios estratégicos y en el arte de la guerra. Ver Von Clausewitz, C. (1989) [1832]. On War. Michael Howard and Peter Paret (traducción y edición). Princeton University Press.

[5] Algunos autores expresan una forma o teoría occidental y oriental de la estrategia. Otros como Michael Handel señalan que dicha distinción no existe ya que el método epistemológico de reflexión es el mismo.

[6] Griffith, S. (1971). Sun Tzu: The Art of War. Foreword by Sir B. H. Liddell Hart, Oxford University Press. 1971. New York and Oxford, pág. 77.

[7] Rangarajan, L.N. (1991). Kautilya. The Arthashastra, Penguin Classics Book, India.

[8] Von Clausewitz, C. (1989) [1832]. On War. Michael Howard and Peter Paret (traducción y edición). Princeton University Press.

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