El saxofonista Charles Lloyd es un músico con una amplia visión. Su talento como improvisador y su interés en los distintos estilos de música oriental, lo convirtieron en una de las figuras clave en el desarrollo del movimiento de fusión del jazz con la música étnica durante los años 60 y 70.
Lloyd nació en Memphis el 15 de marzo de 1938. Creció rodeado de los blues y del jazz de su ciudad natal. Comenzó en el saxofón a los nueve años, después estudió con el legendario pianista de su ciudad, Phineas Newborn, y con el saxofonista Irvin Reason. En su adolescencia, Lloyd no sólo era el mejor amigo de su compañero de escuela y después famoso e innovador trompetista, Booker Little, sino que también se presentaba localmente con artistas hoy de renombre como el saxofonista George Coleman y los futuros íconos del blues Bobby «Blue Bland, Howlin» Wolf, B.B. King y otros.
Lloyd dejó Memphis y se estableció en California a mediados de los años 50, donde formó parte de la escena de Central Avenue de Los Angeles, un importante foco del desarrollo del jazz en la costa del Pacífico desde la década de los 40. En 1960 se unió al quinteto de Chico Hamilton y luego al grupo de Cannonball Adderley. Pocos años después, Lloyd ya lideraba un cuarteto junto a los emergentes talentos de Keith Jarrett, Cecil McBee y Jack DeJohnette, en piano, bajo y batería.
Juntos lograron lo impensable: produjeron un álbum de jazz de primer nivel, Forest Flower (1966), que le abrió paso tanto a aficionados al jazz como a los rockeros. Así, durante un tiempo disfrutó de los beneficios y las dificultades de la vida de una estrella del rock tocando por todo el mundo y frecuentemente compartiendo escenario en el Fillmore West, el legendario palacio de rock psicodélico de San Francisco, con los Grateful Dead, Cream y Jimi Hendrix. Sin embargo las expectativas y el estilo de vida no eran del agrado de Lloyd. A principios de los 70, con su carrera en apogeo, sufrió una crisis espiritual. El estrés lo dejó sintiéndose vacío, y se retiró del público, se trasladó a Santa Barbara, al norte de Los Angeles, para practicar meditación y centrarse en lo que luego describió como un viaje espiritual interior.
«Disfrutó de los beneficios y las dificultades de la vida de una estrella del rock tocando por todo el mundo y frecuentemente compartiendo escenario en el Fillmore West, el legendario palacio de rock psicodélico de San Francisco, con los Grateful Dead, Cream y Jimi Hendrix. Sin embargo las expectativas y el estilo de vida no eran del agrado de Lloyd. A principios de los 70, con su carrera en apogeo, sufrió una crisis espiritual».
En 1981 conoció al talentoso pianista francés de 18 años Michel Petrucciani, e inspirado por su inmensa habilidad, Lloyd realizó giras con él y incluso registró varios álbumes, incluyendo Montreux (1983) y A Night in Copenhagen (1983). Continuó trabajando con varios conjuntos junto a los cuales ofrece diferentes aspectos de su personalidad musical. A finales de los 80, formó un cuarteto con el pianista sueco Bobo Stenson y estableció una duradera relación con el sello ECM junto al cual editó varios exitosos álbumes, entre ellos Fish Out of Water (1989), Notes from Big Sur (1991) y Canto (1996).
Su asociación con ECM continuó a lo largo de la década siguiente, una época de renovado interés público en Lloyd. Su prolífica producción para el sello incluye varias sesiones junto a músicos de primer nivel, como el guitarrista John Abercrombie y el pianista Brad Mehldau. En agosto de 2001, el versátil Lloyd grabó Hyperion with Higgins en el living de su casa, junto al baterista Billy Higgins, en una sesión completamente improvisada. Su álbum publicado el 2002, Lift Every Voice, se grabó la noche del 11 de septiembre de 2001 en el club Blue Note de Nueva York con la pianista Geri Allen, el baterista Billy Hart, el guitarrista John Abercrombie y los bajistas Marc Johnson y Larry Grenadier. El objetivo colectivo de la banda fue ilustrar el poder de la música para sugerir empatía, compasión y consuelo ante la tragedia de ese día. Se ha convertido en uno de los más apreciados de Lloyd.
Recientemente Lloyd se ha concentrado tanto en sus raíces como en la exploración de nuevas ideas. Lo logró cambiándose del conservador sello ECM al sello Blue Note, y amplió sus actividades fundando The Marvels, un grupo de movimiento indefinido que rechaza etiquetas y se mueve a la perfección entre el post-bop, free-flow, country-rock y todo lo que está entremedio.
Lloyd & The Marvels.
Para su segundo disco bajo el sello Blue Note, Lloyd quería usar una grabación del concierto de 2013 hecha en el Royce Hall de UCLA con el guitarrista Bill Frisell y The Marvels. Sin embargo, el productor los convenció de que regresaran al estudio. Juntos registraron temas tradicionales y folclóricos, y volvieron a grabar algunas de las composiciones anteriores de Lloyd, incluyendo «Of Course, Of Course», que se emitió como single, y el clásico de Bob Dylan «Masters Of War», piezas que se alinean perfectamente con los gustos de ambos músicos. Hubo dos invitados: la cantante Norah Jones en «You Are So Beautiful» y Willie Nelson, quien aporta su versión de «Last Night I Had the Strangest Dream».
Las actuaciones de Jones y Nelson pueden parecer un poco comerciales en la superficie, sin embargo, ambos se afiatan muy bien al grupo de jazz. El álbum se tituló I Long to See You (2016) y se le atribuye a Charles Lloyd & the Marvels. Es una mezcla sorprendente de lo familiar y lo desconocido con artistas de diversos estilos: el bajista Reuben Rogers y el baterista Eric Harland provienen del cuarteto de jazz más reciente de Lloyd, mientras que el guitarrista Greg Leisz es del mundo del pop, rock y blues.
Vanished Gardens (2018) es el segundo lanzamiento de Lloyd y The Marvels. Esta vez con la cantautora Lucinda Williams en cuatro nuevas interpretaciones de temas originales de su catálogo, así como una versión de «Angel» de Jimi Hendrix. El resto del álbum consta de tres temas de Lloyd, «Monk’s Mood» de Thelonious Monk y el estándar «Ballad of the Sad Young Men». A raíz del lanzamiento del álbum en junio, Marvels y Williams se embarcaron en una gira nacional durante el resto del año. Si bien la pareja puede parecer extraña, ambos son sureños; él es de Memphis y ella es oriunda de Louisiana, además de compartir raíces del Sur hay entre ellos un fuerte núcleo espiritual. Y Lloyd ciertamente no está muy alejado del mundo del rock, recordemos que en las años 60-70 tocó con rockeros del nivel de los Beach Boys y de The Doors.
El 15 de marzo de 2018, con motivo de su cumpleaños 80, Lloyd ofreció un concierto en Santa Barbara, que sigue siendo su residencia. Optó por el atractivo e histórico Teatro Lobero, donde Lloyd ha tocado docenas de veces. Lloyd demostró que, si bien ahora ha alcanzado oficialmente una edad asociada con ancianos, el entusiasmo juvenil y los elementos inocentes de su persona todavía están intactos.
