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Música Descuajeringada

Ramón Gorigoitía lanza disco en Alemania

Ramón Gorigoitía
Á - N.6

«Gorigoitía compone con absoluto desparpajo (o mejor dicho en jerga del compositor, descuajeringamiento), haciendo confluir la tradición de la vanguardia con las tradiciones musicales y culturales que pueden marcar a un chileno curioso y movedizo de más de 60 años».

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En pandemia los músicos chilenos han seguido produciendo y la edición de discos no se detuvo. Al conocido y serio trabajo de SVR se ha sumado el de Aula Records de la Universidad de Santiago, con una propuesta editorial, gráfica y de mercado de primer orden, en la cual los clásicos nacionales se suman a nuevas voces del panorama local. Fuera de nuestras fronteras también hubo lanzamientos. El sello Naxos acaba de lanzar Journeys, disco compilatorio en el cual se incluye una obra de Carlos Zamora, Sikuris. En tanto, el prestigioso sello alemán Da Vinci Classics nos había regalado un disco magnífico de compositores chilenos en 2018. En esa oportunidad (ÁTOMO N.3) habíamos pedido un nuevo disco y rápido. Acá está ese disco. Se trata de Sonos. Trancribenda, centrado en uno de los autores reseñados en la anterior publicación, Ramón Gorigoitía (1958). Reiteramos lo escrito en aquella reseña: Gorigoitía compone con absoluto desparpajo (o mejor dicho en jerga del compositor, descuajeringamiento), haciendo confluir la tradición de la vanguardia con las tradiciones musicales y culturales que pueden marcar a un chileno curioso y movedizo de más de 60 años.

 

Sin duda, podemos rastrear la academia en la obra de Gorigoitía, pero acá la academia, afortunadamente, es una especie de ADN mitocondrial sobre el cual las tradiciones jazzísticas y vernáculas se sobreponen metamorfoseadas, lo cual es un mérito mayor. Hay tanto de vanguardia en Gorigoitía como de Dante en Raúl Zurita. Curiosamente, con Zurita comparte el sobrecogedor uso del intertexto de un encefalograma trasladado a sonidos en Zum Greifen Nah…, un vital jardín de senderos que se bifurcan en este microcosmos sonoro.

 

Por su parte, el clarinete de Dante Burotto realiza una tarea de primerísimo nivel en Descuajeringado, obra que nos convence de que un instrumento (acompañado por vocalizaciones hacia el final) basta para producir toda una puesta en escena. Magnífica la obra dedicada a Ignacio Domeyko, Indómito. La referencia a la rebeldía de Domeyko se fusiona con los elementos étnicos y jazzísticos con una naturalidad emocionante, que incluye los textos de Elicura Chihuailaf, Premio Nacional de Literatura.

 

Los movimientos estelares y planetarios trasladados a sonidos dan origen a una sugerente partitura que incluye coros (contingente alemán dirigido por Olaf Katzer): Firmamento estelar II, más áspera que las músicas similares de Berio, más sugerente que las similares de Lutoslawski. Con Radio(a)fonía II llegamos a uno de los puntos altos de este magnífico disco. Una pieza técnicamente tremenda, hipnótica: un universo condensado en dos flautas (magisteriales Karina Fischer y Guillermo Lavado), en poco más de cinco minutos. El disco cierra con el precioso Esto ya lo toqué mañana, para saxo y ensamble. Nuevamente, Gorigoitía acude a un electroencefalograma, al jazz (Charlie Parker) y agrega a Charles Ives, para adentrarse en la conciencia tras la narrativa de «El perseguidor» de Julio Cortázar.

 

Un triunfo. Otro disco obligatorio de un autor nacional tocado de la mejor manera posible por músicos chilenos y extranjeros de primer nivel. Para los seguidores de la nueva música, para los auditores curiosos, para quienes deseen conocer más a uno de nuestros grandes compositores.

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